Tenuta San Leonardo

Tenuta San Leonardo - el vino como murallas consagradas

Hace más de 1000 años era un monasterio, pero desde hace más de tres siglos San Leonardo es la residencia de la familia Marchesi Guerrieri Gonzaga, orgullosa propietaria de la finca. Hoy en día, la finca de San Leonardo es un jardín de viñedos y rosas, protegido por la enorme barrera de los Alpes, que intercepta la fuerza de los fríos vientos del norte, mientras que el fondo del valle se beneficia y a su vez cede el calor del cercano lago de Garda. La Tenuta sigue siendo un mundo antiguo en el que la vinificación, todavía artesanal y sin concesiones, produce vinos que son verdaderas joyas de la tradición vinícola italiana, caracterizados por su frescura, armonía y una elegancia innata. La bodega ha sido repetidamente el centro de acontecimientos históricos; por ejemplo, aquí se negoció la rendición de las tropas austrohúngaras tras la Primera Guerra Mundial.

La familia Guerrieri Gonzaga, viticultores de San Leonardo

El alma de San Leonardo es la familia Guerrieri Gonzaga, viticultores desde el siglo XVIII. Han estado involucrados en todos los aspectos de la finca a lo largo de su larga y fascinante historia, y sus tradiciones impregnan cada rincón de la propiedad. El padre del marqués Carlo, apasionado viticultor, fue el primero en rediseñar la finca entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Carlo, sin embargo, fue el primer verdadero viticultor de la familia: su amor por los grandes vinos le llevó a centrarse casi exclusivamente en San Leonardo durante más de cincuenta años. A su vez, transmitió este apasionado amor por la vid y el vino a su hijo Anselmo, que ahora dirige la bodega familiar, inspirando cada decisión en este amor por la finca amada por tantas generaciones de su familia.

Los viñedos de Tenuta San Leonardo

La bodega está situada en el valle del Adigio, entre las laderas del Monte Baldo y los montes Lessini. La nieve del invierno cubre a menudo los viñedos y los protege del frío intenso, mientras que durante el periodo vegetativo de las vides un clima especialmente favorable favorece el desarrollo y la maduración de las uvas. Las diferencias de temperatura entre el día y la noche, que son considerables incluso en los meses de verano, no sólo realzan los aromas de la uva sino que prolongan el periodo de maduración. Durante todo el año, y especialmente en los meses más calurosos, el viento de Ora del Garda sopla sobre los viñedos, calentando y secando las hojas, protegiéndolas de las enfermedades fúngicas - un verdadero regalo de la naturaleza.

El terruño

La bodega ocupa una superficie total de 300 hectáreas, 30 de las cuales están plantadas con variedades de uva tinta, a partir de una altitud de 150 metros. Las variedades de uva crecen en suelos específicos:

• Merlot en suelos de guijarros que antaño formaban el lecho de un afluente del río Adigio
• El Cabernet Sauvignon y los antiguos viñedos de Carmenère crecen en suelos predominantemente arenosos

Se trata de suelos bien drenados y poco fértiles que producen vinos con un contenido de antocianos poco habitual en Trentino. En 2015, San Leonardo puso en marcha un proyecto de conversión a la viticultura ecológica, que concluyó con éxito a finales de 2018 con la certificación oficial. Ese mismo año, San Leonardo fue certificado como Amigo de la Biodiversidad por la organización BWA Amigos de la Biodiversidad, lo que confirma el gran compromiso de San Leonardo con la preservación del carácter de su zona de cultivo.

La vendimia, el momento más delicado del año, tiene lugar entre mediados de septiembre y finales de octubre. Las uvas se catan y analizan diariamente para determinar su grado óptimo de maduración, del que depende la sublime elegancia de los vinos. A continuación se vendimian y se transportan inmediatamente a la bodega, donde se despalillan, se prensan y se introducen rápidamente en depósitos para preservar su frescura y sus aromas.

La Tenuta San Leonardo y sus bodegas

La venerable bodega de fermentación sólo contiene barricas de hormigón. Aquí los vinos tintos comienzan a fermentar espontáneamente, sin ayuda de tecnología ni levaduras cultivadas. Esta fermentación no suele durar más de 15/18 días, durante los cuales las uvas son remontadas y despalilladas varias veces. Una vez terminada la fermentación, se extrae el vino y los orujos restantes se prensan suavemente bajo la atenta mirada de los maestros bodegueros de San Leonardo, que han transmitido este arte de generación en generación. Como suele ocurrir en las bodegas más antiguas, las cavas se distribuyen en diferentes niveles. Desde el patio se accede a la bodega de fermentación, que contiene cubas de hormigón en varios niveles, construidas justo después de la Primera Guerra Mundial. Recientemente, se ha reconstruido la bodega subterránea más antigua, situada en el corazón del borgo, con sus grandes cubas donde se mezclan grandes cantidades de vino. Sólo la bodega subterránea de barricas, construida en 2001, cuenta con una única gran sala donde los vinos envejecen durante al menos 24 meses en pequeñas barricas de roble.

La vinoteca - Tesoro de la Tenuta

En el corazón de la Tenuta se encuentra la vinoteca de la finca, donde se conservan en perfectas condiciones las botellas de todas las añadas de San Leonardo, desde el año de apertura, 1982. Cada año se amontonan aquí numerosas botellas de diversos tamaños, que seguirán afinándose y mejorando, cada una según su propio carácter. Estos vinos de añada salen al mercado en pequeños lotes, pero sólo cuando pueden expresar en perfecta armonía su personalidad individual y la elegancia que los distingue.