Champagne Bollinger

Cómo empezó todo

Todo comenzó con Athanase de Villermont, el hijo menor de una familia noble. Heredó de su familia una generosa finca en la zona de Aÿ. Athanase reconoció de inmediato el potencial de los vinos de Champagne, pero como aristócrata no se le permitió participar en el comercio. Así, conoció al alemán Joseph Bollinger, que viajaba mucho por su curiosidad por el comercio del vino de Champagne, y a Paul Renaudin, un francés fascinado por el mundo del vino.

Así, el 6 de febrero de 1829 se fundó la empresa Renaudin-Bollinger & Cie. Sin saberlo, fundaron una casa de champán que duraría siglos.

Una cierta forma de perfección

A día de hoy, la Casa Bollinger es uno de los pocos grandes productores de champán de propiedad privada que quedan y, por primera vez en su historia, no está dirigida por un miembro de la familia, sino por Jérôme Philipon desde 2008.

La casa de champán Bollinger crea champagnes de prestigio y con carácter. Un carácter que brilla por su elegancia y complejidad. Es la infinita atención al detalle, porque Bollinger no acepta nada menos que la excelencia. Cada detalle es el signo de la búsqueda de la perfección.

La singularidad

La finca de Bollinger tiene una superficie de 178 hectáreas, el 85% de las cuales están plantadas con vides de Grand Cru y Premier Cru. En los viñedos predomina la Pinot Noir, una variedad de uva de gran personalidad que constituye la columna vertebral del estilo Bollinger.

Los excepcionales viñedos

La zona de viñedos está dividida en siete viñedos principales. El Pinot Noir crece en

• Aÿ
• Avenay
• Tauxières
• Louvois y
• Verzenay

El Chardonnay en Cuis y Champvoisy está plantado con Pinot Meunier.

La magia del tiempo

Bollinger deja que sus vinos maduren el doble de lo que prescribe la denominación. La casa de champán trabaja según la filosofía: un gran vino necesita el lujo del tiempo para desarrollar todo su carácter.

El reconocimiento

Bollinger fue la primera casa de champán en recibir el respetado sello de calidad Patrimoine Vivant (Patrimonio Vivo). Reconoce la artesanía y la destreza excepcionales.